erizo de mar de espinas largas

Parece una criatura de otro mundo: negra, casi transparente, con largas espinas vibrantes que brillan con la luz. El erizo de mar de espinas largas (Diadema setosum) es el ojo del arrecife: sensible, vigilante y vital. Mantiene el equilibrio entre el caos y el orden. Al alimentarse de algas, evita que asfixien los corales. Si desaparece, el arrecife se cubrirá de vegetación y, con él, los vibrantes colores de los mares tropicales se extinguirán. Pero su supervivencia está amenazada: el aumento de la temperatura del agua, las enfermedades y la intervención humana han aniquilado poblaciones enteras; en algunas regiones, hasta el 90 %. Donde está ausente, el arrecife se marchita, como un cuerpo sin latidos. El Diadema setosum no es un símbolo de peligro, sino de fragilidad. Nos recuerda que incluso lo más afilado e intimidante suele ser lo que más protege. No pica para herir. Pica para sobrevivir.

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