Un eco de color e ilusión

Es tan pequeña como un pulgar, pero su piel refleja la intensidad de un océano. La rana tintórea, Dendrobates tinctorius, brilla en azul, amarillo y negro: colores que advierten, atraen y protegen a la vez. Pero su secreto es más profundo: golpea sus dedos para comunicarse, un ritmo que solo perciben los oídos más sensibles de la naturaleza. Y su veneno no proviene de sí misma, sino de lo que come; si pierde los insectos silvestres de la selva, pierde su poder. Color, sonido y veneno: tres voces del mismo engaño.

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