Was wir lieben, bewahren wir

Lo que amamos, lo conservamos


Un pensamiento: el nacimiento de una actitud.

A veces todo comienza con una contradicción.
Entre el arte y la naturaleza, la cercanía y la distancia, la posesión y la conservación.
Una sola frase emergió, como un recuerdo de otro tiempo:
“Lo que amamos lo conservamos”.

¿Pero qué ocurre cuando aquello que se supone debe ser amado desaparece hace mucho tiempo?
Cuando la naturaleza se ha convertido en un telón de fondo: ¿hermosa pero distante?

Esto dio lugar a una idea que cambiaría el espacio:
Devolver a los animales a los hábitats humanos, no como decoración, sino como contrapartes iguales.

La idea detrás de Brandhoek

Un animal en un sofá no es absurdo.
Es un cambio de perspectiva.
Mientras los animales permanezcan afuera, la distancia se mantiene.
Pero tan pronto como están en nuestras habitaciones, la balanza se inclina.

El sofá, símbolo de posesión y seguridad, se convierte en lugar de encuentro.
En ese momento el animal pierde su extrañeza y el hombre pierde su derecho a la superioridad.
Dos mundos se encuentran a la altura de los ojos.

El arte como correctivo silencioso

Brandhoek nació del deseo no de decorar, sino de recordar.
Un animal en un sofá contradice nuestras expectativas.
Esta irritación es intencional.
Te obliga a mirar.
Crea cercanía sin trivializar.
Ella muestra dignidad sin patetismo.

El arte no puede salvar a los animales, pero puede cambiar la percepción.
Y quizás es ahí precisamente donde comienza el primer paso hacia la responsabilidad.

Entre humanos y animales

Los espacios habitables son sistemas controlados: simétricos, climatizados y planificables.
Cuando un animal entra en este espacio, rompe la perfección.
El orden estéril adquiere un sonido de latido del corazón.
Lo salvaje se convierte en espejo.
Y lo que se consideraba extraño vuelve a ser parte del propio mundo.

Un motivo temprano mostraba un león en un sofá de color antracita.
Sin agresividad, sin poses, sólo calma.
La mirada no estaba dirigida a la persona, sino a través de ella.
En ese momento quedó claro:
No se trata de poder, sino de presencia.

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Lo que amamos, lo conservamos

El amor no se demuestra en la posesión sino en la conservación.
Lo que se ama debe permanecer, sin importar a quién pertenezca.
Quizás ésta sea la verdad más profunda detrás de Brandhoek:
No crear arte que posea,
pero imágenes que recuerdan.

Los animales en las habitaciones no son una provocación, sino una advertencia:
Hacen visible cuántas obligaciones conlleva la proximidad.
Y esa belleza sólo es verdadera cuando contiene respeto.

Lo que comenzó como un pensamiento se convirtió en una actitud que permanece.

Autor: Brandhoek ᛫ Febrero de 2022 ᛫ Ciudad del Cabo

Esta obra, Silent Dominant, pertenece a una colección anterior de Brandhoek de 2022 y ya no está disponible. Permanece como parte del archivo de Brandhoek, símbolo del inicio de una nueva perspectiva.

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