La jirafa: sobre la visión desde arriba y la previsión de la naturaleza
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La jirafa vive en otra dimensión: más alta, más lejos, con una perspectiva más amplia. Nos recuerda lo valioso que es cambiar de perspectiva.
Acerca de ver desde arriba
Cualquiera que haya mirado alguna vez a los ojos de una jirafa lo sabe inmediatamente: su mirada es diferente.
No desde arriba, sino desde una distancia que libera.
Su mirada es serena, casi anciana.
Se extiende por encima de nosotros, pero no más allá.
En un mundo que piensa con prisas, la jirafa personifica la paciencia.
Ella ve la imagen completa antes de reconocer la siguiente.
Y ahí radica su discreta grandeza: una visión integral sin arrogancia.
La anatomía de la atención plena
La jirafa es una maravilla arquitectónica.
Su cuerpo habla de equilibrio, de estática y de elegancia.
Un ser que vive constantemente a distancia y, sin embargo, permanece profundamente conectado: al viento, a las copas de los árboles, al espacio.
Cuando se mueve, lo hace a cámara lenta.
Sin sobresaltos, sin estremecimientos. Solo el ritmo de la serenidad.
Y mientras nosotros buscamos frenéticamente la orientación, ella ya la ha encontrado hace mucho tiempo: en las alturas.
La perspectiva como actitud
La jirafa nos recuerda que el tamaño no es lo mismo que el volumen.
Tener una visión general no significa saberlo todo, sino ver más allá.
Su silencio no es una inacción, sino una decisión.
Ella se detiene donde otros huirían.
Ella mira donde otros juzgan.
Entre el cielo y la tierra
Quizás esta sea la verdadera previsión de la naturaleza:
No para ser superior para gobernar,
pero para comprender.
La jirafa se encuentra en un espacio intermedio: demasiado grande para los confines, demasiado sensible para la lucha.
Ella vive en un equilibrio que nosotros hemos perdido:
Entre la visión general y la intimidad, entre la fuerza y la dulzura.
Brandhoek
La jirafa no se muestra como un animal, sino como un recordatorio de que la previsión siempre es también empatía.
Cada una de sus fotografías es una invitación a alzar la mirada y a comprender una vez más lo hermosa que puede ser la distancia cuando se basa en el amor.